El Sevilla FC jugará el miércoles que viene nada más y nada menos que una final de la UEFA Europa League. Lo hará en la capital de Hungría, Budapest, contra la Roma de José Mourinho.
El camino hacia la final ha sido muy difícil y complicado. En el playoff tras caer iluminado de Champions League, tocó el PSV Eindhoven, equipo que pese a estar en una liga inferior, tuvo sus complicaciones sobretodo en la vuelta. Después el Fenerbache, donde la eliminatoria empezó bien en casa pero se pasó de forma agónica en Estambul.
Ya con la destitución de Jorge Sampaoli y la contratación de José Luis Mendilibar, la decisión más importante de la temporada, el Sevilla eliminó de forma brillante al Manchester United y a la Juventus de Turín.
Ahora toca la Roma de Mourinho, un equipo con menos nombre que los dos anteriores pero muy complejo, sobretodo a la hora de entrar en su área. El entrenador portugués es experto en crear entramados defensivos difíciles de cruzar.
El entrenador portugués ha decidido dejar fuera a cuatro jugadores para el duelo liguero del fin de semana frente a la Fiorentina, se quedan en Roma, Paulo Dybala, Lorenzo Pellegrini, Rui Patricio y Nemanja Matic.