Este domingo dará comienzo la cita mundialista en Qatar, un Mundial que desde el principio ha estado marcado por la polémica. Todo comenzó cuando se le concedió este evento, acusaciones por parte de muchos medios de que la concesión se hizo por medio de sobornos.
Según el periódico británico The Guardian, la cifra de trabajadores muertos preparando los estadios para el evento y su construcción, podría ascender a 6.500 trabajadores muertos desde 2010, cuando Qatar fue elegido sede del Mundial 2022.
Según el informe, 37.600 trabajadores sufrieron lesiones leves a moderadas en 2020.
Hay varias acusaciones en marcha por la falta de Prevención de Riesgos en dichas obras y de las condiciones infrahumanas de trabajo. Horas y horas sin descanso, a temperaturas de extremo calor desértico y con salarios muy escasos.
Aquí podemos ver una comparativa del número de muertos en la preparación de los últimos mundiales:
No sólo es el mundial de vergüenza por esto. Khalid Salman, embajador del Mundial de Qatar y exfutbolista, afirmó que la homosexualidad es un «daño en la mente», en una entrevista concedida a la cadena alemana ZDF.
Añadió lo siguiente: «Lo más importante es que todo el mundo acepte que vengan aquí. Pero tendrán que aceptar nuestras normas».
En pleno 2022, un acontecimiento que se sigue a nivel Mundial por la mayoría de personas del mundo, se disputará en un país donde meten en la cárcel e incluso asesinan a personas homosexuales, sin hablar de que la mujer sigue siendo allí una esclava del hombre, necesitando su permiso para prácticamente todo.
Sabíamos que para la FIFA, lo más importante era el enriquecimiento, pero lo de este Mundial ha llegado a un límite que personalmente era insospechable. Ninguna Federación se ha negado a participar, simplemente pequeños gestos inocuos, que de poco sirven. El dinero lo puede todo.