La dirección deportiva sevillista ha rebajado la masa salarial en 52 millones de euros, algo meritorio pero peligroso. La verdad es que el club estaba pagando sueldos que no se podía permitir y que lo iban a llevar la ruina.
El problema es que se ha quedado con una plantilla que en muchas posiciones no es nada fiable, y a pesar de haberse librado de sueldos importantes, también ha perdido a jugadores top y de oficio como Marcos Acuña o En-Nesyri.
También Lucas Ocampos, que ya viste la camiseta de Rayados de Monterrey. Se ha hablado mucho de la posibilidad de traer un sustituto del argentino, y es cierto que ha habido un tanteo del mercado de jugadores libres.
Tras evaluar los jugadores que están libres en estos momentos, las condiciones económicas de la entidad, el club ha decidido finalmente, no traer a nadie. Argumentan que un futbolista de los que hay libres, tendría que llegar, ponerse en forma, adaptarse, y creen que hay perfiles interesantes en la plantilla para cubrir esa baja.