Lo más preocupante que puede ocurrir en una afición de fútbol, es que el hincha, se marche de su estadio, habiendo perdido el partido, y no sintiendo ni siquiera cabreo, si no más bien desesperanza e indiferencia.
Es lo que está ocurriendo en el Sevilla y es que el sevillista ya va al campo sabiendo lo que va a haber, sabiendo que no va a disfrutar, sabiendo que los que están dirigiendo el club, no son capaces de acertar en las decisiones.
Lucas Ocampos, un futbolista que podrá estar más acertado o menos acertado, pero que te asegura garra y entrega en absolutamente todos los minutos que esté en el campo, va a salir del Sevilla y no se va a traer a nadie para sustituirlo.
No ha tenido suficiente el Consejo de Administración y la dirección deportiva con este comienzo horrible de Liga, sino que decide, con el mercado ya cerrado, vender a uno de sus baluartes en ataque y también en defensa.
Esto dijo, José María Del Nido Carrasco, tras la ofrenda floral a la Virgen de los Reyes, días previos a finalizar el mercado en España, ¿Otra mentira más?: