Se viven momentos muy difíciles en el Ramón Sánchez-Pizjuán. La entidad navega sin rumbo, sin capitán, sin un sentido claro y dando constantes bandazos en su gestión.
Sorprendentemente, teniendo García Pimienta contrato para varios años, decidió José María del Nido Carrasco, renovarlo hasta 2027, sin haber ganado un solo partido, ya que la decisión fue tomada antes de ganar el primer partido al Getafe.
El presidente pretendía darle apoyo, pero en el momento en el que el técnico catalán ha rajado del club y de la planificación, tanto el director deportivo como Junior, le quitaron su apoyo, tanto en público como en privado.
En la entidad entienden que García Pimienta está ya amortizado, la decisión de destituirlo al final de temporada está tomada pero los acontecimientos se adelantarían, si no fuera por la situación económica desastrosa que vive la entidad.
Nadie dentro del club confía lo más mínimo ya en que el entrenador pueda dar un vuelco a la situación, ha perdido el control del vestuario y la sensación es que el Sevilla aún podría complicarse la vida de aquí a final de temporada, viendo el calendario.
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El único motivo por el que el entrenador sigue en el banquillo, es porque es bastante más barato echarlo una vez haya terminado la temporada que en mitad de la misma.