Un equipo que quiere ir a Europa, por mucho que la puntuación de la liga o el nivel en general no sea muy bueno, es imposible que vaya sin ganar dos partidos seguidos.
La realidad es que si vemos la plantilla del Sevilla, el banquillo que tenía en el día de ayer García Pimienta, sería un milagro que el entrenador barcelonés lo metiera en competición europea.
Hay varios señalados en el empate final de ayer, el primero no puede ser otro que el portero noruego titular, Nyland. Un cancerbero que no se caracteriza precisamente por salir mucho, se le ocurre prácticamente en el último minuto para intentar coger una pelota, en vez de intentar despejar la de puños.
En segundo lugar, tenemos que señalar obligatoriamente a la dirección deportiva y a la directiva del club, si miramos el banquillo veíamos muy pocas alternativas útiles para ayudar al equipo.
Todo lleno de canteranos y de futbolistas que ya no están en condiciones físicas para jugar, como por ejemplo Marcao o Suso, que obligan al técnico a hacer malos cambios y tardíos.
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También hay que señalar al entrenador, la lectura de los partidos que hace no está beneficiando nada al equipo, y a pesar de tener pocas alternativas en los cambios, debió hacer algo más.